
Hace 30 años, Elizabeth jamás habría imaginado que su camino profesional terminaría en el mundo de las finanzas. Abogada de formación y con especialización en administración de empresas, pensaba que su vida giraría siempre en torno a los tribunales y la gestión empresarial. Sin embargo, la vida la llevó por un rumbo diferente, uno en el que los números no eran el fin, sino el medio para algo mucho más humano:

Como Financial Planner de Skandia, Elizabeth ve una oportunidad para transformar vidas en cada cliente que llega con dudas o incertidumbre. Lo más gratificante para ella no son los balances positivos, sino los mensajes de quienes le dicen “gracias por ayudarme a dormir tranquilo” o le cuentan que, gracias a su guía, lograron comprar su casa, hacer ese viaje soñado o enseñar a sus hijos el valor del ahorro.
Inspirada por el ejemplo de reinvención de su padre, que tras 30 años como empleado se convirtió en un exitoso independiente, Elizabeth apostó por este reto.
Cree en crear espacios donde las mujeres puedan ser escuchadas siendo ellas mismas, y en el poder de tomar decisiones incluso con miedo.
Para ella, generar impacto desde Skandia es multiplicar el alcance de lo que hace, combinando el respaldo de una gran compañía con la cercanía y profundidad de las relaciones humanas.
