


Llevo más de 20 años en este mundo —¡sí, ya suena a toda una vida!— y me considero una mujer curiosa, analítica y apasionada por lo que hace. Empecé en el tema de inversiones internacionales casi por casualidad, y terminé descubriendo un universo fascinante: ayudar a personas y familias a tomar buenas decisiones financieras.
Me encanta liderar equipos, trabajar con gente diversa y buscar soluciones creativas. Al final, cada cliente y cada reto me han enseñado algo distinto… y eso es lo que más disfruto de mi trabajo

Mi paso por Skandia ha sido realmente apasionante. He tenido la libertad de crear, proponer y alcanzar metas, tanto por iniciativa propia como en equipo. Ha sido una experiencia que me ha enseñado el verdadero valor del trabajo colaborativo… y, la verdad, ese equipo terminó convirtiéndose en una segunda familia para mí. Creo firmemente que cada día trae un nuevo aprendizaje, y eso es lo que me sigue enriqueciendo y motivando como profesional.

Vivir el liderazgo siendo mujer ha sido toda una aventura. No te voy a negar que ha tenido sus retos, pero también ha sido una experiencia increíble. Con el tiempo he aprendido que liderar no es solo dar dirección, sino escuchar, inspirar y acompañar a las personas para que saquen lo mejor de sí. Creo que las mujeres aportamos una mirada diferente: más empática, más humana, y eso marca una gran diferencia en los equipos. Para mí, el liderazgo se trata de construir juntos, celebrar los logros y aprender de los tropiezos. Al final, eso es lo que realmente deja huella.

Los principios y valores que me guían cada día son bastante simples, pero para mí, fundamentales. Creo en la honestidad, en hacer las cosas bien incluso cuando nadie está mirando. Valoro el respeto, la empatía y la responsabilidad, porque al final el trabajo siempre es con y para las personas. También me guía mucho la gratitud y la pasión por aprender; creo que cada día trae una oportunidad nueva para crecer, mejorar y aportar algo positivo a los demás.

A las mujeres que están empezando su vida profesional les diría que crean en sí mismas y en su talento. Que el compromiso es clave: con lo que hacen, con los demás y, sobre todo, con ellas mismas.
Los resultados llegan cuando se trabaja con convicción y pasión. Aprendan de todo, rodéense de gente que las inspire y nunca duden del poder que tienen para dejar huella. Ser mujer es, sin duda, una fortaleza.